lunes, 20 de febrero de 2012

La productividad y las tecnologías de la información y la comunicación van de la mano

En este artículo voy a intentar estudiar cómo se han comportado las economías de 10 países diferentes de 1990 a 2006, comparando el crecimiento de la productividad y la inversión en tecnologías de la información y la comunicación (TIC), y sin dejar de observar el desarrollo del PIB de estos países. La muestra elegida para este pequeño estudio está formada por 10 países de la Unión Europea: Austria, Reino Unido, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Irlanda, Italia, Holanda, Portugal, y, por supuesto, España.

La primera tabla a estudiar es la de “Crecimiento anual de la productividad” elaborada por la OCDE. En esta tabla se pueden deducir varias cosas, pero la principal es que cuando nos adentramos en una zona recesiva del ciclo económico la productividad crece con fuerza en estos países. Esto se debe a que el número de ocupados en las recesiones disminuye en mayor proporción que la producción. De modo que se produce algo menos que cuando el ciclo es expansivo, pero con un número más pequeño aún de ocupados, por eso crece la productividad, se produce casi lo mismo con menos ocupados.



Como se puede ver a principio de los 90 coincidiendo con el estallido de la burbuja inmobiliaria en Japón y la posterior crisis, además de la Primera Guerra del Golfo, el PIB de la mayoría de los países escogidos para la muestra retrocedió, a su vez la productividad elevó su tasa de crecimiento. Algunos ejemplos pueden ser España, donde la tasa de crecimiento de la productividad alcanzó sus niveles más altos de los últimos 20 años, o Portugal con un crecimiento del 10% en 1991. En Alemania también se produjeron los mayores incrementos de la productividad de los últimos 20 años, aunque seguramente en este caso tuvo mucho que ver la caída del Muro de Berlín. Alemania Oriental que pertenecía al bloque soviético se vio obligada a incrementar su productividad a marchas forzadas para poder competir, así que este aspecto tuvo que influir en el crecimiento de la productividad en Alemania en general.

Otro país que destaca en el crecimiento de la productividad es Irlanda, la isla consigue tasas de crecimiento superiores al 4% desde 1990 hasta 2003 salvo alguna excepción. Mientras tanto su PIB crecía a tasas superiores al 5% anual. Durante muchos años Irlanda ha sido apodada como el “Tigre Celta” por el enorme crecimiento que registró su economía. Ahora se puede ver algunas de las consecuencias del rápido avance de este país: una burbuja inmobiliaria y otra financiera que han obligado a que el “Tigre Celta” se vea enjaulado dentro de las normas de la UE para seguir contando con liquidez. Y es que el crecimiento de Irlanda se debió en gran medida a la reducción asombrosa del Impuesto de Sociedades, a la creación de una burbuja inmobiliaria similar a la de España y al crecimiento desmedido de sus bancos, este tipo de crecimiento no es sostenible a largo plazo.

Sin embargo en España, el PIB también creció tasas elevadas durante esos años, aunque no llegó a los niveles de Irlanda. La diferencia es que en España no se incrementó la productividad como en Irlanda. En España ocurrió lo siguiente: el número de ocupados aumentó con fuerza gracias a la inmigración, por lo que el denominador de la fracción (producción/número de ocupados) se elevó en varios millones, lo que impidió un crecimiento alto de la productividad. Además, gran parte de ese incremento de los ocupados fue a parar a un sector poco productivo, la construcción. De modo que fue imposible un gran aumento de la productividad.

Esta tabla muestra el porcentaje de la inversión en Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF) que se dedica a las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC)


Con los datos de esta tabla se puede demostrar que existe cierta correlación entre el incremento de la productividad y la inversión en TIC, cuando esta inversión es elevada suele corresponderse con incrementos sustanciales de la productividad. Por ejemplo, Holanda desde 1990 hasta 1996 ha dedicado una media del 15% de sus inversiones en FBCF a tecnologías de la información y la comunicación, su productividad en el mismo periodo se incrementó una media del 1,1%, mientras que de 1996 al 2006 la media de inversión en TIC fue del 20,6% y la productividad se elevó de media un 2,5%. Otro ejemplo es el Reino Unido, que desde 1996 ha mantenido inversiones superiores en TIC al 24% y el incremento de su productividad en esos años ha sido como mínimo del 1,3%.

Por el otro lado, el de los países que han incrementado en menor medida su inversión en TIC, están los conocidos ahora como PIGS, algo tendrá que ver. Irlanda está en cabeza,  su inversión en TIC sobre el total de FBCF nunca ha superado el 11,4%, sin embargo el crecimiento de su productividad ha sido elevadísimo, pero como ya comenté en párrafos anteriores se debe sin duda al crecimiento desmedido de su sistema financiero. Y es que en 2006 en Irlanda la intermediación financiera representaba más de un 11% del PIB, este es un sector muy productivo porque consigue grandes ingresos con pocos recursos, pero es muy volátil y propenso a la creación de burbujas.

España, Portugal e Italia han dedicado algo más de inversión para las TIC que Irlanda, pero siguen estando muy por debajo de la media de la muestra de países escogida. España e Italia han obtenido las tasas de crecimiento de productividad más bajas de la muestra entera. Mientras que Portugal, a pesar de no invertir demasiado en TIC, ha conseguido unos incrementos de la productividad notables, pero es cierto que el país vecino ante su pequeño tamaño en superficie y población tiene más ventajas para logar un mejor uso de los recursos. Además, los lusos no han vivido una burbuja inmobiliaria que haya desplazado el factor trabajo hacia ese sector tan poco productivo de la construcción, como si ha ocurrido en España.

Las conclusiones de este estudio son varias, primero que la productividad de un país depende de múltiples factores y que no siempre es sinónimo de crecimiento económico. Segundo, como se ha demostrado con la tabla de inversión en TIC, las tecnologías de la información sí incrementan la productividad. Por último, los países del norte mantienen incrementos de la productividad superiores a los del sur de Europa, pero esto se debe en parte a que los sectores en los que tienen ventajas competitivas estos países del norte son más productivos y tienen mayor valor añadido que los nuestros. En España tenemos una ventaja competitiva clara, un clima más cálido que el del resto de Europa. Esta ventaja nos lleva a dedicarnos a sectores como la construcción, el turismo y la hostelería que son menos productivos, pero ahí sí somos los más competitivos, por lo que tenemos que aprovechar esa ventaja, pero sin olvidarnos del resto de sectores. La solución está en encontrar un equilibrio entre la construcción, el sol y la playa a la vez que se invierte en TIC y desarrollamos otros sectores.


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