jueves, 30 de agosto de 2012

Dos miembros del Consejo de Asesores Económico de Alemania piden que se repartan los costes de la crisis de forma más justa


La Unión Europea y los Estados que componen la Unión Monetaria están entrando en un túnel recesivo del que no se ve salida a medio plazo. El sufrimiento de la población de los países más afectados empieza a ser más que llamativo, la solución para salir de esta crisis de llegar cuanto antes. Por eso, diecisiete afamados economistas europeos, han redactado un documento en que proponen varias vías para intentar escapar de este ciclo recesivo que dura ya más de lo debido.

Entre los economistas destaca la presencia de dos miembros del Consejo de Asesores Económicos Alemán, en el país germano a los miembros de este consejo se les conoce como 'Los Sabios'. Los dos miembros de este consejo son Peter Bofinger, profesor de la Universidad de Wuzburgo, y Lars Feld, profesor de la Universidad de Friburgo.

Este documento fue publicado en julio, pero quizás no se le dio toda la importancia que debería a que dentro de sus firmas estuvieran dos miembros del Consejo de Asesores Económicos Alemán. El economista español Guillermo De la Dehesa, está dentro de los diecisiete economistas firmantes, si que lo advirtió en su artículo El manifiesto de los diecisiete, pero pocos se hicieron eco de ello. Este post que redacto hoy está basado en el documento original y el artículo de Guillermo De la Dehesa.

Este documento llamado en español “Acabar con la recesión: un camino para salir de la crisis”  pide que se repartan los costes actuales de una forma más justa, pero que a la vez se arreglen los fallos estructurales de diseño de la Unión Monetaria. Primero hay que resolver el problema a corto plazo, que es el alto diferencial que pagan algunos Estados para emitir sus deuda, porque estos países tienen ahora unos problemas que no fueron causados sólo por ellos mismos, sino que fue el resultado de un mal diseño de la Unión Monetaria, que ha favorecido un exceso de deuda de unos Estados y un exceso de ahorro en otros. Para solucionar este problema, los diecisiete economistas sugieren la conocida mutualización de la deuda, es decir, que la Unión Monetaria utilice sus instrumentes (FEEF y el MEDE) para avalar la deuda que emiten los Estados con problemas de financiación.

La segunda medida que proponen es que se otorgue al MEDE una licencia bancaria para asegurar su capacidad de garantía y choque. Con una licencia bancaria, el MEDE podría pedir prestado al BCE y tener una capacidad de financiación prácticamente infinita, que espantaría a todos los especuladores.

La tercera propuesta consiste en una reestructuración de la deuda voluntaria, los países implicados ofrecerían a sus acreedores nuevos bonos con la misma rentabilidad que los anteriores, pero con unos plazos de vencimiento más extensos, para logar algo de tiempo y poder aplicar las reformas necesarias para crecer antes de devolver la deuda.

La cuarta señala que estos Estados deben realizar reformas fiscales estructurales, como aumentar la edad de jubilación, reformas laborales o de reducción del personal del sector público y una devaluación fiscal, sustituyendo impuestos al trabajo por impuestos al consumo. El Gobierno de España ha hecho algo parecido tras el último incremento del IVA, que va acompañado de una rebaja de un punto de las cotizaciones sociales para el año 2013. Con una devaluación fiscal se pretende reducir el déficit por cuenta corriente, ya que al incrementar el IVA se encarecen todos los productos, tanto nacionales como importados, pero al reducir las cotizaciones sociales sólo se reducen costes (por ende su precio) de los bienes producidos en España, por lo que se incrementará el consumo de estos bienes dentro de las fronteras españolas y fuera también, aunque en menor medida.
           
La quinta propuesta es compartida por casi todos los economistas, trata de la consecución de una unión bancaria y de la reducción creíble de la deuda. Para lograr esto último, el BCE debe tener más espacio para actuar de forma activa en los mercados de deuda.

La sexta habla de políticas fiscales y monetarias extraordinarias o de emergencia, para ayudar al crecimiento del PIB y luchar contra las grandes recesiones que se están viviendo en algunos Estados.

La séptima y última consiste en permitir al MEDE que actúe cuando se produzca una fuerte caída de los precios de los activos, pudiendo causar una recesión. El MEDE debería poder inyectar capital en los bancos más afectados por esta depreciación de sus activos.

En lo que se refiere al problema a largo plazo, estos expertos no ven necesaria la creación de los eurobonos o llegar a una unión fiscal total. Bastaría con construir una serie de instituciones comunes para superar la crisis. Para ello habría que crear una política fiscal destinada compensar el impacto de una única política monetaria, que para unos es restrictiva y para otros Estados demasiado expansiva, y crear una supervisión financiera a nivel europeo y una unión bancaria real con el BCE como único supervisor.


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